20 años de la inundación de Santa Fe, un crimen hídrico que sigue en la impunidad
Una obra de defensa de la ciudad que no fue terminada permitió el ingreso del Río Salado y el agua tapó barrios enteros sin que los vecinos y vecinas pudieran escapar. La imagen del estadio de Colón de Santa Fe es una clara muestra de lo sucedido en abril de 2003.
La ciudad de Santa Fe volvió a homenajear a las víctimas de la histórica inundación de 2003 y reclamó justicia y castigo a los responsables políticos del crimen hídrico, tras cumplirse 20 años de la catástrofe evitable.
Una obra de defensa de la ciudad que no fue terminada permitió el ingreso del Río Salado y el agua tapó barrios enteros sin que los vecinos y vecinas pudieran escapar. La obra había sido inaugurada sin estar terminada en un acto público encabezado por los ex gobernadores Carlos Reuteman y Jorge Obeid. Ellos, y el resto de los funcionarios inundadores, siguen en la impunidad. Incluso Reuteman murió sin pagar el crimen hídrico ni los asesinatos de la policía provincial de diciembre de 2001.
“Tenemos derecho a declarar que el río Salado es profundamente inocente y que los verdaderos culpables del crimen hídrico son Carlos Alberto Reuteman y Jorge Obeid”, denunció Jorge Castro, histórico representante de los inundados, durante el acto realizado el sábado en la Plaza 25 de Mayo de la capital santafesina.
Durante su discurso, el referente de la agrupación explicó que uno de los pedidos es lograr “una ley para todos los inundados que sea de indemnización material completa”. Sin embargo, Castro lamentó que aunque se logre esa normativa “no se podrá cerrar la herida que tiene todo el pueblo santafesino porque no solo nos inundaron con el agua, todos somos testigos de que nos inundaron de pobreza, de impunidad”.
Dana Rojas tenía 8 años en abril de 2003, y recuerda que en el momento de la inundación estaba en el supermercado junto a su hermana y madre.
“Vivía en el barrio Arenales. Mi papá llama a mi mamá avisando que se venía el agua, pero sin tener una explicación del porqué y cómo. No estábamos enterados de nada porque nadie había avisado de que se venía la inundación”, relató entrevistada por FM Chalet.
“Pensábamos que era por la lluvia pero no por el desborde del Río Salado. Mi mamá no se quería ir de mi casa porque no quería dejar sus cosas. Todo el sacrificio y dejarlo era perder todo. Hasta que en un momento empezó a entrar el agua por los desagües. Sacamos las mochilas de la escuela. Algo de abrigo y papeles importantes”.
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